A la hora de hablar de desarrollo, hemos de tener en cuenta dos elementos: el proyecto genético y la estimulación que se aplica.
Se podría hacer un paralelismo con lo que sería el cultivo de la tierra: El proyecto genético, aquello con lo que venimos al mundo, aquello que “nos regalan”, sería la tierra. Y la estimulación sería el agua y el sol que recibe, así como todos los nutrientes de los que se alimenta.
La influencia del proyecto genético en el desarrollo es indiscutible, tanto en la calidad del desarrollo como en su ritmo de realización. Pero una dotación genética pobre, puede ser redirigida y optimizada siempre con una estimulación adecuada.
En nuestro paralelismo, diríamos que la tierra dará frutos de mejor o menor calidad dependiendo del tipo, la intensidad y la frecuencia con la que reciba nutrientes o aportes de energía. Una tierra de baja calidad, bien cuidada, puede dar frutos de una calidad superior a los que tendría la misma tierra sin cuidar adecuadamente.
De la misma manera, el niño llega al mundo con un sistema que, para desarrollarse, necesita de estímulos tanto para su crecimiento físico como emocional. Estos estímulos tienen que ser adecuados a cada momento madurativo del niño, para que su sistema los pueda incorporar y le permita elaborar respuestas organizadas a su entorno.
En este proceso contemplamos los siguientes aspectos del Desarrollo:
TONO MUSCULAR Y PSICOMOTRICIDAD
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
RITMO-INHIBICIÓN Y CONTROL
PERCEPCIÓN
ADAPTACIÓN
Todos estos parámetros, se organizan de manera armónica en diferentes etapas a lo largo del desarrollo, que detallamos a continuación y que transcurren nivel a nivel, y el eje vertebrador de las cuales es el desarrollo psicomotriz.
Las etapas del Desarrollo abarcan desde que el bebé nace hasta que el niño llega a los 8 años aproximadamente, momento en el que las bases de su desarrollo se han construido y se prepara para adquirir aprendizajes relacionados con su comunidad cultural y social.
Etapa Neonatal. (Niveles I, II, III).
Transcurre desde el nacimiento hasta el volteo sobre el plano del suelo.
Etapa de Suelo (Niveles IV, V, VI, VII, VIII).
Desde el volteo, pasando por el arrastrado y el gateo hasta adquirir la capacidad de andar.
Etapa de Bipedestación (Niveles IX, X, XI).
Desde que el niño empieza a andar hasta que adquiere la capacidad de correr.
Etapa de Monopedestación (Niveles XII, XIII, XIV).
Durante esta etapa se perfecciona la coordinación y el equilibrio estático y dinámico.
Etapa de Lateralización (Niveles XV, XVI i XVII).
Durante esta etapa en se organizan los esquemas lateralizados de coordinación motriz.
El objetivo final del proceso de desarrollo es:
ALCANZAR LA REALIZACIÓN MÁXIMA Y ARMÓNICA DEL PROYECTO GENÉTICO.
Para que esto se de, el adulto debe acompañar al niño a lo largo de todo el proceso de desarrollo, permitiéndole vivir en cada etapa el tiempo que necesite hasta alcanzar la maduración necesaria que le permita empezar a adquirir capacidades propias de la siguiente etapa de desarrollo.
EL TIEMPO QUE SE INVIERTE EN EL PROCESO ES SECUNDARIO, CADA NIÑO TIENE SU PROPIO RITMO. LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE ES CONSEGUIR ALCANZAR EL GRADO DE ARMONÍA ÓPTIMO EN CADA NIVEL DE DESARROLLO.