Dentro del fenómeno global del desarrollo, el Yo adopta un papel muy importante. En él están la voluntad, la intención y la inteligencia. El Yo tiene que manejarse con sus emociones y sus percepciones, y dar una respuesta, que es la conducta.. Cuando el comportamiento es problemático o desadaptativo, necesitamos explorar el mundo interior del niño, así como conocer su entorno físico y afectivo (familia, amigos…), para poder ayudarle.

A través de nuestro trabajo procuramos acompañarle y estimularle hacia una vivencia más consciente y armónica de sí mismo en relación a sus emociones y su comportamiento, y lograr así una adaptación más satisfactoria a su entorno más próximo. En este proceso, los encuentros periódicos con la familia son de especial importancia.